Me obstino en mantener la memoria
en un punto entrañable desde el que pueda volver
desde la orilla del riesgo
donde uno no sabe en qué piedra poner el pie
a casa si fuera posible
Nunca he estado tan callado nunca
como en esta orilla
ranas pájaros y serpientes
me miran con un pelo de demonio en la mirada
con las manos inquietas y tontas
como un aprendiz de prestidigitador
Pero otras manos nacen de estas manos
y se toman de otras
acaso se llaman
se enlazan diríase
para emplear una expresión que llega al límite de lo baladí
Las circunstancias imponen sin embargo
una manera de estar entre hermanos
Cuídate de no acabar
como un animal prehistórico desbaratado
llegado de tan lejos a morir
en este borde
donde todos somos inocentes
Qué digo
En estas dolorosas mudanzas
somos cualquier cosa menos inocentes
Al atardecer en mi museo interior
me cambio la piel por la de otro muchacho
que no ha llegado todavía a esta terrible frontera
Querido M, gracias por este poema, me despierta imágenes y olores, sonidos y silencios "de aquí y allá"... me gusta mucho el poema. Un abrazo.
ResponderEliminarDos poemas fuertes y hermosos. Mil gracias. Las imágenes también me encantan, en especial la del río. ¡Felicidades!
ResponderEliminarLirio Garduño
Estimada Lirio, me siento honrado por tu comentario. Un abrazo, mhm
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