Foto: Giuseppe Pongolini

Uno y Dos

1.

Tú consumirás la nieve de mis días

Una tierra cocida en el alto verbo devolverá

a mis dientes la risa y el estruendo

y picarás con tu nariz el disco todo negro donde cantan

tu mañana y mi memoria



Sales de la cama humeante hirviente enamorada

De tu cabello se desatan agujas que fijan tu piel

a los ojos cerrados

a la humedad al deber

Tú has sabido revelar la redondez

de la memoria que me quema

Cuervos saliendo de aquella

fosa de sangre

del dolor y la rabia que no me endurecieron



2.

Habito en el cerebro de un pájaro miope

mis prácticas son las de un profesor que habla en prosa

con la conciencia ligeramente intensificada



Mediante una estrategia ejemplar me ha domado

una dama furiosa y gentil

Todas las mañanas a la sombra de un limonero

me ofrece de comer en el hueco de su mano

me aproximo con avidez sereno a su regazo

mis pelos se vuelven plumas

plumas mis manos

plumas mi cabeza

y piamos

piamos

adorando el huevo azul en nuestro nido