Ángel, hombre,
pelo negro y lacio que cae sobre su frente como ala de sombrero.
Viste una camisa a rayas, luprida y gastada.
Su viejo jeans está roto en la petrina.
No usa anillos.
A veces solo a veces lleva una cadenita de plata
de la que pende
una minúscula espada.
Huye de las aglomeraciones y baila solo cuando se emborracha.
Es callado ante los extraños.
No habla inglés.
***
Tomás, varón,
1.77 m. de estatura.
Ha perdido casi todo el pelo.
El párpado de su ojo derecho se sacude cuando miente.
Tiene una pálida cicatriz en la ingle
ocasionada por arma blanca.
Usa zapatos tenis de color azul y oro.
Su dentadura parece intacta
salvo una muela podrida.
Lavaplatos y motorista.
Usa gafas redondeadas.
***
Mike, hombre
de mirada huidiza y piel color de ceniza,
trompudo y de ojos achinados.
Usa un bigote revuelto que cae sobre su labio,
y una cola de pelo que anuda con un elástico negro.
Tiene tatuada en la cadera izquierda la figura de
un trapecista en pleno vuelo.
Bebe vodka.
Se le acusa de haber disparado contra una patrulla de policías en Somoto,
hiriendo de gravedad a uno y matando a otro.
Puede ser muy violento.
***
Ruth, la “Flaca”,
tiene un salón de belleza para hispanas en la Avenida Manhattan,
en el Bronx.
Hace trenzas, tiñe, maquillaje,
canta viejos fados.
Usa un anillo de plata enroscado como serpiente
en el dedo gordo de la mano izquierda.
***
Arcángel, varón.
Su aspecto recuerda a un esqueleto con camisa a cuadros.
Tiene fama de mujeriego.
Escapó de la muerte en una redada en Zacamil.
Fuma mota.
Habla suave y sonríe enseñando su enorme dentadura
que ya comienza a ponerse amarilla.
***
Ángel tiene los ojos negros hundidos
en dos círculos negros
que oculta detrás de unas gafas negras.
Viaja con pasaporte tico pero es oriundo de Wiwilí.
Le gusta meterse el dedo en la nariz cuando nadie lo mira.
En su cartera lleva las fotos de sus hijas
que los hongos ya han desfigurado.
***
Marie tiene el pelo rizado y ojos de mora.
Se le conoce con el alias de Maruca.
Abandonó, como se abandona a un marido frío,
su venta en la calle Arce para buscarse el destino en New Jersey.
Darío, su hijo, vive con su abuela en Santa Ana.
Le han dado a cuidar a un niño, Marc.
A ella se le mira a menudo en las cabinas de teléfono en Mahwah,
llorando y riendo, riendo y llorando.
Fuma de noche.
Su amante es centroamericano.
Me gustan todos. Me has hecho imaginármelos. No les falta música de fondo?
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