(Subiendo a Panajachel)
Ese camino que nunca más desandaremos
allí estuvo mi corazón
Entre las banderas rotas
A mitad de la autopista que sube al altiplano
los obreros
hacen señales con una banderilla sucia y rota
Bordeando los pueblos natales de los héroes
amortajados en el pabellón inerte de la gloria
El aire modela un biombo con el polvo
entre colinas
donde sobresalen en el declive de los árboles desnudos
espléndidas piedras inconmovibles
Aquí fui feliz algunas veces
He roto sin cuidado algunas cuerdas
de una tonada que repite casi sin variar el mismo esquema
Apenas veo un fulgor en mis negros cuarteles que resisten
el dolor vivido en este mismo camino
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